Chistes y humor senil
Humor senil
Dos mujeres mayores han sido amigas por dƩcadas.
A travƩs de los aƱos ellas compartieron toda clase de actividades y aventuras.
Ćltimamente, sus actividades se han limitado a encontrarse algunasveces durante la semana a jugar a las cartas.
Un dĆa estaban jugando a las cartas, cuando una de ellas mira a la otra y le dice:
-āAhora no te enojes conmigo...
SĆ© que hemos sido amigas por mucho tiempo pero... Ā”no puedo recordar tu nombre! Pienso y pienso, pero no lo recuerdo.
Por favor, dime cuĆ”l es tu nombre.ā
Su amiga la observa con una mirada penetrante.
Por lo menos por 3 minutos, la sigue mirando sorprendida y finalmente le dice:
āEspero que no estĆ©s muy apurada por saberlo!ā
Dos mujeres mayores estaban un mediodĆa almorzando en un
restaurante.
Una de ellas observa algo gracioso en la oreja de la
otra y le dice:
-āTota, ĀæSabes que tenĆ©s un supositorio en tu oreja izquierda?ā
Tota sorprendida pregunta:
āĀæTengo un supositorio en mi oreja?ā Ella lo retira y lo mira con asombro. Entonces dice:
-āChola, estoy muy contenta que viste
esto... ahora ya se donde esta mi audĆfono!ā
Un servicio funerario estĆ” teniendo efecto por una mujer que acaba de fallecer.
Al finalizar el servicio, los portadores del fƩretro lo estƔn llevando afuera
cuando accidentalmente lo chocan contra una pared sacudiƩndolo.
Todos escuchan un dƩbil gemido. Abren el fƩretro y encuentran con
sorpresa que la mujer... Ā”estĆ” viva!
Ella vive por 10 aƱos mƔs y entonces fallece.
Otra vez, se realiza una ceremonia y al finalizar la misma llevan el
ataĆŗd afuera del recinto.
En el momento que estƔn pasando por la puerta, el marido grita fuerte:
āĀ”Cuidado con la pared!ā
65 aƱos de casados
Una pareja de ancianos que cumplĆan 65 aƱos de matrimonio, deciden ir a un restaurante para celebrar este evento.
Ya cuando estĆ”n en el restaurante son atendidos por un mozo a quien cuentan el motivo de su celebraciĆ³n.
El mozo los ubica en un lugar romƔntico para que disfrutaran de la cena.
El viejito, le dice a ella:
Mi reina ĀæDĆ³nde quieres sentarte?
-AquĆ dice la anciana
Luego el anciano le dice:
-Mi princesa ĀæQuieres un aperitivo para comenzar?
La anciana responde:
-Me gustarĆa un vinito.
El anciano pregunta:
-Mi Ć”ngel ĀæQuĆ© te gustarĆa servirte en la comida?
Ella pide la carta y hace su pedido.
El mozo no podĆa creer lo que oĆa.
Durante la comida el anciano vuelve a preguntar:
-Mi Ć”ngel ĀæquĆ© vino quieres para acompaƱar tu cena?
Pero ahĆ la anciana le dice, primero irĆ© al baƱo, necesito ir urgente.
El le responde:
-Ve mi vida yo aquĆ te espero.
La anciana se va y el mozo sorprendido le pregunta al anciano.
-ĀæCĆ³mo despuĆ©s de tanto tiempo llama Usted. a su SeƱora con esa
palabras tan lindas: mi reina, mi Ɣngel ,mi princesa,? Usted. me tiene admirado.
El anciano lo mira y responde:
ES QUE NO ME ACUERDO COMO SE LLAMA ....
LA PLEGARIA SENIL
SeƱor,ā¦ otĆ³rgame la senilidad para:
olvidar a las personas que de
cualquier manera nunca me gustaron, la
suerte de encontrarme
con aquellas que sĆ me gustan, y la vista para
darme cuenta de la diferencia.
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