Gráficos de humor de Mordillo
Gráficos de humor de Mordillo
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humor de Mordillo
Las personas y animales creadas por Mordillo se reconocen por sus grandes narices ovaladas, y por hacer frente a las dificultades de la vida. El efecto de estas imágenes, en las que nadie habla, a veces es gracioso y otras, reflexivo. Quizá por ello el sutil humor del argentino goza de tantos lectores. "Cada cual puede interpretar mis dibujos de distinto modo", dijo Mordillo. "Cuando pregunto cuál de mis dibujos gusta más, nunca me dicen el que yo mismo prefiero", agregó.Pregunta.- Sus personajes muchas veces tienen que luchar, a veces contra las dificultades de todos los días, otras con su propia torpeza y muchas veces con el amor. ¿Qué es para usted el amor?
Respuesta.- ¿Qué es enamorarse? Es el resultado de una reacción química. Se dice que dura tres años. Es algo que se ha estudiado. Y después, bueno, quién sabe. Cuando la gente ha estado casada durante 20, 30 ó 40 años las cosas ya no son como al principio. Muchas parejas dicen que no cambia nada. Pero personalmente no les creo. Estoy casado desde hace 43 años. Ya sé cómo es compartir tanto tiempo con la misma mujer. Es rarísimo.
P.- Muchos de sus personajes se desesperan ante sus sentimientos. ¿Qué hace el amor con la gente, y en particular con los hombres?
R.- No sé qué pasa con las mujeres. Pero cuando un hombre se enamora se vuelve loco. Es mi experiencia. Pero el amor al mismo tiempo no cesa de cambiar. Con humor se puede tratar de mantener vivo el sentimiento inicial, pero también el humor puede cambiar.
P.- El humor es muy importante en sus dibujos. ¿Busca hacer reír a la gente sobre sí misma y sus dificultades o torpezas?
R.- Hacer reír es difícil. Muchas veces no lo consigo. Pero muchos de mis dibujos despiertan más bien reflexiones sobre la vida, sobre las circunstancias humanas, y mucho más.
P.- Y es algo que funciona en gente de todas partes del mundo. Sus dibujos tienen público en América del Sur, Europa, Asia... ¿Se preguntó alguna vez por qué?
R.- Cuando dibujo me oriento más por mi instinto que por razonamientos. Mi trabajo no surge de casualidad, sino con sentimientos internos. Y ese instinto de la gente es en todos los sitios del mundo el mismo. Chinos, japoneses, argentinos, alemanes... son todos parecidos. Es un privilegio poder comunicarme con personas cuya lengua no hablo y que son tan distintas de mí. Pero me entienden, y eso es excepcional.
P.- En sus dibujos suelen verse personajes a quienes todo les sale mal, pero a pesar de tanta adversidad se los ve con placidez y humor. ¿En su vida juegan ellos también un papel?
R.- Cuando veo las noticias podría ponerme a llorar a gritos, porque lo que se ve es espantoso. Entonces necesito urgentemente un poco de humor. Lo uso como terapia para seguir adelante. Para mí el humor es ternura para hacer frente al miedo. Me da miedo pensar en todo lo que ocurre en el mundo. Tanta gente que sufre, tanta gente que no tiene suficiente para comer. Y por eso me resulta tan importante la comicidad. Me dedico al humor para no llorar.
P.- ¿Utilizas la risa como medio para superar los absurdos y decepciones de la vida?
R.- Los humoristas no son gente indiferente. Sabemos muy bien lo que pasa en el mundo. Y luchamos con nuestro trabajo para ayudar a la gente. Todo el mundo tiene que reír y sentirse feliz y contento. Pero muchas veces es difícil, dado que hay tanto dolor en el mundo. Por eso trabajo tan bien como puedo, es lo mejor que puedo hacer.
P.- Entre sus personajes hay personas pero también muchas veces animales. ¿Por qué?
R.- Tomé a los animales como modelo. Los animales no cometen errores. Actúan de modo instintivo. Nosotros cometemos errores porque pensamos que usamos la razón. Y ahí cometemos cantidad de errores, todos los días.
P.- De esos errores surgen a veces situaciones absurdas. ¿Toma las ideas para sus dibujos de la propia experiencia?
R.- Cuando uno anda por la calle, el cerebro es como una computadora. Incluso cuando uno no está en busca de una idea se ven cosas, un árbol, una casa, un pájaro. Todo eso queda almacenado en el cerebro. Cuando busco ideas, uso esa energía que está en mi cabeza. Las ideas son como mariposas: vuelan por el aire. Y trato de cazar algunas de esas mariposas. Es mágico.
P.- Y en todos los casos lo hace sin palabras. ¿Consideró alguna vez dotar de voz a sus personajes?
R.- Cuando empecé a dibujar vivía en París. Mis personajes no hablaban porque yo no sabía francés. Dibujaba escenas mudas. Fue una buena idea, porque así las puede entender cualquiera. Cuentan historias sin hablar. No es fácil.
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